Comienzo una nueva etapa de mi vida profesional, pero sobre todo de mi vida personal. Va a ser un cambio de trabajo que nada tiene que ver con lo mio, pero a lo que me veo forzada (y muy agradecida) debido a las circunstancias económicas en las que se encuentra el país, y sobre todo mi profesión: el mundo de la comunicación.
Y ¿por qué digo que el cambio será más personal, cuando afecta al ámbito laboral?... os preguntaréis. Pues precisamente por lo que he dicho anteriormente, porque esta novedad me va a suponer un auténtico cambio de chip en mi vida. Voy a tener que dejar de soñar (que no de enviar currículums y dar la murga), al menos por el momento, con ejercer mi profesión. Tengo que pensar que esto es una necesidad eventual, que "pronto" todo pasará, y que volveré a tener una nueva oportunidad donde sea. No importa, mi maleta y yo allí estaremos.
Ahora me queda la sensación de absoluto desarraigo profesional, envidia tremenda a los que aún pueden y un poco de vacío interior. Pero no quiero dar demasiadas vueltas por salud mental. Todo esto me servirá para, más adelante, poder llevar a cabo algunos proyectos que tengo en mente; y por supuesto, no dudo que también me será útil para aprender y valorar otras profesiones que no son la mia. Además, claro está, de conocer a gente nueva.
Mientras tanto, podréis encontrarme pegada a unos cascos, conversando con mujerinas o lo que toque con el fin de conseguir mi propósito.
Todo cambio implica un aprendizaje, no tiene por qué ser malo, y sobre todo, me siento muy orgullosa de poder decir que estoy trabajando, algo que desafortunadamente mucha gente necesita y no puede decirlo.
¡¡¡bon voyage!!!
Nota: La imagen no es actual, pertenece a un trabajo de hace un par de años. Por entonces los auriculares también formaban parte de mi, aunque de otra forma.
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